La "no broma" de la "Casa del Talento"

Los primeros investigadores habitarán la 'Casa del Talento' dentro de año y medio
La residencia, en la que ayer se colocó la primera piedra, pretende atraer a científicos para que desarrollen sus proyectos en Donostia. Constará de 80 apartamentos y requerirá una inversión de 12 millones.
Los primeros investigadores habitarán dentro de año y medio la nueva Casa del Talento, como ha sido denominada la Residencia de Investigadores que se edificará en el solar de la antigua torre de Rozanés en Miraconcha La Residencia de Investigadores, cuya puesta en funcionamiento se prevé para enero de 2011, acogerá 80 apartamentos y servicios comunes para el alojamiento transitorio de personas investigadoras. Se levantará sobre una parcela de 2.086 metros cuadrados.

El edificio constará de 5.000 metros cuadrados sobre rasante y 1.600 bajo suelo, y es el primer paso de un Plan Integral de Acogida para Investigadores que tiene como objetivo reforzar la vinculación de San Sebastián con el mundo científico e innovador, así como atraer personas con talento para que desarrollen sus planes de investigación en la ciudad La edificación de la residencia supondrá una inversión de 9,3 millones de euros. El Ministerio de Ciencia e Innovación aportará 1,5 millones y el de Industria, a través del Plan Avanza, una subvención de un millón y un crédito a interés cero al consitorio para financiar el resto de la obra. A esta cifra habría que añadir la equipación material de la instalación, lo que podría elevar la cantidad final invertida en torno a los 12 millones de euros http://www.diariovasco.com/20090623/local/san-sebastian/san%20-sebastian-residencia-investigadores-200906231605.html

Aunque pudiera parecerlo, la noticia no es una broma. La innovación, esa que nos debe permitir cambiar el, hasta ahora, patrón de crecimiento basado en la construcción, parece que también se soporta en la ladrillo. La obsesión por el ladrillo de nuestros políticos parece enfermiza. En el ladrillo empieza y acaba una gran parte del gasto público teóricamente destinado a potenciar la innovación en España (Centros y Parques tecnológicos ubicados en edificios y entornos singulares).

Realmente no puedo entender que libros leen o que asesores tienen nuestros políticos en materia de innovación. Tal vez no necesiten leer ninguno. Tal vez disponen de mas dinero del que son capaces de gestionar a además no es de ellos. Desde casi cualquier punto de vista, la noticia es un disparate. Uno más.

Las reglas están cambiando: La dimensión de la empresa vs el valor de sus productos o servicios

Las Organizaciones siempre han querido sentir que tienen el poder (todo el poder) y que gestionan sus recursos y actúan sobre el mercado para cumplir los objetivos que se proponen. Para ello, el valor debía estar en la Organización y no las personas que la conforman. Las personas son cambiantes y no son el recurso escaso.

Dimensión, imagen de marca o notoriedad pública, han sido elementos que por si solos han generado confianza. Se promovía por parte de las Organizaciones y asumía parte del Mercado que si la empresa era "valiosa", el producto y servicio proporcionado también lo era. Sinergias, red de relaciones, equipamientos, recursos económicos, servicio integral, capacidad de influencia o presencia global, eran los factores más tangibles que podían ofrecer las Organizaciones grandes al margen de las capacidades individuales de sus empleados y procedimientos operativos que coordinan su actividad.

Es probable que en algunas ocasiones dimensión y valor proporcionado a los clientes vayan de la mano, pero también es cierto que las Organizaciones grandes tienden a caer en la tentación de soportar su capacidad de generar confianza en factores intangibles en lugar de en resultados para el cliente. La gestión de los intangibles es generalmente llevada a cabo por la parte más alta de la estructura organizativa de una empresa y en ocasiones sobrevaloran el valor que proporciona a la Organización su actividad. Las actividades más tangibles son ejecutadas por la base de la pirámide organizativa por lo que es frecuente que no transmitan excesivo protagonismo (solo hacen su trabajo). Esta situación tiene lugar independientemente de que las empresas pertenezcan al Sector del Conocimiento o no. Esta cultura o estrategia empresarial tiende a sobredimensionar la estructura indirecta o no productiva de la Organización y a complicar sus procedimientos administrativos. Ambas consecuencias apuntan directamente a la línea de flotación de su competitividad. Los costes de la estructura no productiva se transmiten directamente a la estructura productiva que deben trabajar más y/o mejor para garantizar la viabilidad económica de la actividad empresarial.

Cuando no es posible tirar de la productividad, la calidad comienza a resentirse. Llegados a un nivel crítico de desequilibrio, las ventajas que ofrecen las Organizaciones grandes no compensan el ratio valor aportado / coste incurrido y comienzan los problemas. En las actividades basadas en el conocimiento esta situación es más complicada porque una parte muy significativa de la productividad y calidad de los productos y servicios comercializados dependen exclusivamente de los empleados (capacidad, motivación, alineamiento, etc.). En contextos de crisis, el dinero es un bien escaso y se exprime y extiende el concepto "lean" a todas las actividades empresariales.

Los análisis de coste - valor de los procesos internos y de precio - valor de las actividades subcontratadas son más rigurosos. En este punto los activos más intangibles de las Organizaciones se valoran menos, centrándose la confianza en el valor aportado. Las Organizaciones deben saber identificar y valorar, con datos, qué personas o Áreas aportan más y más claramente valor y saber cederles parte del protagonismo en la toma de decisiones.

Hay que identificar los factores que proporcionan ventaja competitivita a las mini o micro empresas y a las grandes y hacerlos convivir en una misma Organización. Si esto no es posible o no se sabe hacer, la dimensión de la Organización deja de ser una ventaja y se convierte en un lastre.

Para qué sirven los World Café

El mundo de las ideas, del conocimiento, de la innovación, de la respuesta a los problemas y oportunidades, gira en torno a la cantidad, a la excelencia al hacer las cosas, a la asunción de riesgos y a la aceptación del fracaso. Y fundamentalmente se soporta en la voluntad real de querer generar y movilizar ideas con una finalidad. Para ello, la participación de variados perfiles personales y profesionales puede contribuir a aportar cantidad y calidad a las ideas.

El conocimiento y visión de los especialistas no tiene por qué diluirse en un océano de motivación e imaginación profana. No obstante, nunca he creído en la hoja en blanco. Por razones de economía de recursos, aportación de estímulos y aprovechamiento del silo de ideas ya existente, considero que es más práctico partir de conocimiento estructurado que de una hoja en blanco. Eso sí, un conocimiento preliminar cuestionable, modificable, sustituible y, en definitiva, no presentado como premisa de partida. Tampoco comparto el bajo nivel de exigencia de muchos "ejercicios colectivos" de generación de ideas.

Cuando movilizamos a personas y tratamos de ilusionarlas y motivarlas para que aporten y compartan ideas con una finalidad, tienen que sentir que esas horas de trabajo son valiosas y que los resultados también deben serlo. En ocasiones, parece que la generación de ideas forma parte del mundo de los juegos o la diversión y que para hacer las cosas de aplicación práctica debemos utilizar los procesos de siempre, de la única manera posible…la del que manda. Esto, fundamentalmente denota escasa voluntad y confianza en las personas y las ideas, principalmente las nuevas ideas.

Hace unas semanas Innobasque (Agencia Vasca de Innovación) anunció que pretendía movilizar a 5000 personas del País Vasco en una jornada denominada Woka Euskadi, con el objetivo de buscar soluciones y alternativas a la crisis. Pero, ¿Cuántas personas movilizaron? ¿Cuáles han sido los resultados de esa movilización? ¿Cuántas ideas no obvias han sido generadas y con que nivel de factibilidad de implantación? ¿Por qué todavía no ha sido comunicado el valor extraído de esa acción colectiva? O ha sido solamente un ejercicio, una escenificación, una prueba piloto o…nada. Echemos cuentas: 5000 personas x 4 horas x 35 €/hora (por ejemplo) = 700.000 € sin incluir los costes de preparación, difusión, etc. ¿Cómo recuperamos, multiplicado, ese coste para la finalidad prevista?

Considero que el coste social de estos ejercicios es todavía mayor que el valor negativo que, en demasiadas ocasiones, genera. Lo malo no es que no rentabilicemos "para el fin anunciado" la inversión, sino que transmitamos a los participantes que estas cosas son solo un juego. Construir cultura innovadora en una sociedad es un tema difícil que exige, como para todo, voluntad, ideas, metodología y capacidad de gestión. No es imprescindible que toda la sociedad comparta y se implique en estas actividades pero sí que todos los implicados remen en la misma dirección.

El iceberg de la crisis

Nos hemos golpeado contra él y nos dedicamos fundamentalmente a valorar los datos, tapar la grieta con las manos y tratar de mantenernos a flote confiando en que la vía de agua se autorepare o termine quedando por encima de la línea de flotación. Pero ¿Qué hacía el iceberg ahí?, ¿Cómo es de grande? ¿Cómo evitaríamos otro choque? ¿Qué materiales necesitamos para actuar rápidamente y minimizar los daños?
Considero que estas son las cuestiones que necesitarían nuestra máxima dedicación.

El poder de la Innovación: O todo o nada

Qué rápidamente pasamos del blanco al negro. Esto es frecuente cuando no se profundiza en las ideas y solamente se expresan titulares. Llevamos varios meses escuchando a "nuestros expertos" decir que para salir de la crisis debemos de hacerlo de la mano de la Innovación, principal elemento capaz de propiciar un cambio de modelo de crecimiento. Ahora, algunos han empezado a darse cuenta de que la Innovación no parece que sea una herramienta para el corto/medio plazo y por consiguiente vuelve a perder el protagonismo verbal que había suscitado el último semestre. Esta situación se parece un poco al cambio español en el ámbito del ferrocarril.

Estamos pasando de los trenes, precios y trayectos a 50 km/hora a los AVE a 300 km/hora. Parece extraño que sea aquí donde se sitúa el óptimo. El contexto español de crisis puede ser extraordinariamente grave y sus consecuencias pueden llevar a una crisis social de consecuencias difícilmente calculables. Por consiguiente, la situación requiere explorar y explotar todos los elementos que puedan contribuir a amortiguar lo antes posible esta situación y a consolidar los cimientos de un nuevo modelo económico y, por qué no, tal vez también social. Y seguro que la Innovación es uno de estos elementos.

Posiblemente la Innovación no debamos entenderla como destinar más fondos públicos a grandes proyectos de I+D para unas pocas empresas con suficiente capacidad de justificación como para poder proponer Líneas de Investigación que nunca acometerían con recursos propios. Debemos identificar el óptimo en el conjunto: Innovación - Plazo - Coste. Cada uno de estos términos se despliega en multitud de voces y llevan hasta actividades concretas, con alcances fácilmente identificables y costes calculables. Es decir, de lo abstracto podemos llegar a lo concreto (objetivos, costes, plazos, etc.) y a partir de este punto Analizar - Implantar - Medir y Controlar los resultados. Al fin y al cabo es lo que hacen miles de empresas en sus procesos de mejora…y consiguen mejoras. ¿Es que en el ámbito de lo público esto no es posible? ¿Tan difícil es objetivizar?