¿Pasa la salida de la crisis en España por el fomento de las Energías Renovables?

La actual crisis y sus consecuencias ya presentes y aún por llegar parece que han evidenciado, por enésima vez, que el modelo productivo español se estaba alejando de las aspiraciones de calidad de vida y cantidad de consumo de los españoles. No es nueva la reflexión y los hechos que demuestran que la competitividad de la economía española disminuye respecto a la de los países de nuestro entorno. No generamos el valor necesario para vivir como parece que quisiéramos vivir. Conviene recordar que, en ámbitos competitivos, nuestro salario es, o debe ser, un parte más o menos reducida del valor que generamos con nuestro trabajo (medido en euros).

Supongo que debemos entender que la Ley de Economía Sostenible ideada por el Gobierno, es una medida para salir de la crisis porque de ella se espera que promueva el cambio de sistema productivo reorientándolo hacia productos y servicios de mayor valor añadido. Una parte de la "inversión" asociada a esa ley está dirigida a fomentar las Energías Renovables. Entiendo que parte de este apoyo será priorizar las subvenciones al desarrollo de tecnología y de actividad empresarial (industrial, comercial, etc.) en este Sector.

Pero, ¿no estamos tratando de sustentar demasiadas necesidades en la misma cesta y con los mismos huevos? Está claro que la necesidad de desarrollar y diversificar fuentes energéticas responde a unas causas concretas:

- Protección medioambiental
- Alternativas a los combustibles fósiles ante su próximo agotamiento
- Garantizar el suministro de energía procedente de países políticamente inestables

Además de esas poderosísimas razones, ahora también consideramos que debemos impulsar las Energías Renovables para cambiar el patrón de crecimiento español y así ayudarnos a superar la crisis. ¿Son compatibles los plazos necesarios para desarrollar las renovables con los esperados para contener la crisis? ¿Durante cuanto tiempo puede soportar el país financiar el desarrollo tecnológico, la fabricación y el KWh producido para que finalmente esta actividad intervenida se transforme en competitiva y genere valor económico? ¿No pasaría esta transformación por un cambio de modelo de consumo de mucha mayor relevancia y dificultad que el cambio de modelo de crecimiento?

El tratamiento que damos a las energías renovables comienza a recordarme las expectativas depositadas en las nanotecnologías como piedra filosofal que servirá para todo.

¿No nos estaremos olvidando de fomentar y potenciar la excelencia en el trabajo para hacer mejor las cosas (mejor diseño de producto y procesos, mejor fabricación, mejor calidad, mejor coste, mejor capacidad de oferta, mejor análisis de tendencias, mejor capacidad de generación de ideas, mejor gestión empresarial, etc.)? Nuestro tejido industrial necesita hacer mejor las cosas y, posiblemente también, hacer nuevas cosas, perteneciendo muchos de esos productos y servicios al grupo de los que ya demanda el mercado o responden a una necesidad para la que ya existen clientes. Porque la crisis y sus consecuencias ya están aquí.