Gestión de las actitudes. Evaluación 360 grados low cost


Los canales de comunicación en el ámbito profesional no son solamente los formales y los informales. También participan los conscientes y los inconscientes. La distancia entre lo que queremos transmitir y lo que los receptores perciben es en ocasiones infinita. A esto le debemos sumar el carácter interpretativo del lenguaje, los prejuicios que todos coleccionamos y ese complejo e impenetrable mundo de la personalidad individual.

Con todo ello, la probabilidad de que dos personas se entiendan, incluso cuando comparten la misma lengua materna, puede ser muy baja.

Si este fenómeno no lo detectamos a tiempo y la incomprensión se consolida, las relaciones humanas pueden degradarse, los procesos derivados de ellas hacerse ineficientes, la motivación resentirse y transformarse en un problema de actitud o percepción de mala actitud. Y con ello todos saldremos perjudicados.

La mayoría tenemos un nivel de autoconocimiento muy inferior a nuestra capacidad de interpretar y reconocer lo que nos rodea. Por consiguiente, en el mejor de los casos, casi siempre nos faltará información fiable de una de las dos partes (la nuestra).

Es muy importante, Y DE COSTE CERO, chequear y calibrar periódicamente los desacoples entre transmisión y recepción. Para ello, basta con transmitir sincera y claramente, entre compañeros, colaboradores o superiores, lo que nos irrita, lo que nos parece mal y mejorable, lo que consideramos actitudes negativas o desalineadas con los objetivos de la organización.

Para ello solo es necesario una mesa, dos sillas y dos personas predispuestas a entenderse porque lo necesita la organización para la que trabajan. En ocasiones este ejercicio no dará resultado porque las diferencias serán irreconciliables o se habrán enquistado o porque las causas del desencuentro tengan difícil solución. Pero seguro que en la mayoría de las ocasiones los resultados serán sorprendentes.

Esa bofetada emocional que implica sentarse frente al otro a pocos centímetros de distancia, mirándose a los ojos y expresar o escuchar cosas que nunca quisiéramos decir u oír, seguro que será doloroso y violento pero casi seguro que se transformará en una corriente de aire fresco y voluntad positiva que, durante un periodo de tiempo hará que todo fluya mejor. Transcurrido ese período, que será distinto para cada pareja emisor receptor, la vacuna deberá repetirse.