Durante
mucho tiempo me he preguntado quien sería el lector tipo de los best
seller sobre cualquiera de las muchas disciplinas del management. Soy un
ferviente seguidor de alguno de ellos. El último que he leído es “Lo que ahora importa” del Gary Hamel y creo que
aporta una muy valiosa reflexión sobre nuevos modelos de
gestión, en consonancia con los
tiempos de corren. Los expertos a los que me refiero, son reconocidos
profesores y consultores de prestigio, con un portfolio repleto de importantes compañías y que acreditan una indiscutible capacidad de comunicación y de difusión de sus teorías, modelos o experiencias. Muchas de sus propuestas se
soportan en estudios estadísticos, en ciencias del
comportamiento, de la sociología, o la economía y se ilustran con casos reales en empresas.
Pues a
pesar de todo ello, es muy difícil encontrarse con
organizaciones que hayan implantado sus enseñanzas o que estén intentando hacerlo. Da la sensación de que los que estudian a los gurús del management o no lo hacen para aprender de ellos o no
son los que tienen la capacidad de plantearlo en sus empresas.
Mi perfil
técnico me ha acostumbrado a buscar, permanentemente, mejoras
que pueda incorporar a los materiales, a los procesos de fabricación, a los productos, a las herramienta de diseño o a las metodologías de ideación. Para ello me valgo de libros, ferias, congresos o
conversaciones con colegas y clientes. Identificar una propuesta que parezca
mejorar lo conocido, es razón suficiente para buscar la
oportunidad de estudiarla e implantarla. La búsqueda de esas nuevas
propuestas forma parte de mi trabajo tanto como el desarrollo de proyectos o la
resolución de problemas.
Pero
percibo que no ocurre lo mismo en el ámbito de la gestión (disciplina que actúa principalmente sobre las
personas). Los libros sobre gestión y principalmente sobre
innovación en la gestión, son mayoritariamente obviados. Como dice Daniel H. Pink, hay
una gran distancia entre lo que la ciencia sabe y las empresas aplican. Parece
que, en el terrero de la gestión, lo que manda no es el
conocimiento sino la voluntad y los valores.
Yo diría que los libros
sobre management, constituyen un género literario más próximo al de la autoayuda o la
autoreconciliación con uno mismo, que al de la
formación en buenas prácticas en gestión de empresas. Esta es mi hipótesis. Tengo la sensación de que el público objetivo de estos libros
es el de los gestores o mandos intermedios que nunca han tenido, o han
desaprovechado o han perdido la oportunidad de gestionar empresas, áreas de negocio o equipos de personas. Algunos de ellos
incluso pueden haber "muerto" en el intento de innovar en modelos de gestión. Por supuesto este público es mucho más numeroso que el de los gestores en activo y por
consiguiente las cifras de ventas guardan una buena correspondencia con ese
cementerio de elefantes al que se suman consultores deseosos de desarrollar
nuevos productos y servicios tras el correspondiente proceso que complejización de teorías, metodologías o modelos inicialmente fáciles de comprender.
En
efecto, yo me veo como el público objetivo de esos libros.
Posiblemente cumplo unos cuantos de los
hirientes calificativos dirigidos a mis compañeros de lectura. Pero todo
ello forma parte de nuestro equipaje vital y no renuncio a ni una sola de las
experiencias pasadas y presentes. Solo
pido que no desaprovechemos el saber o las buenas ideas en cualquiera de los
campos del conocimiento, en generar reflexión placentera a un grupo de lectores, aunque su número sea elevado. Animo a no perder la oportunidad
de experimentar en gestión e implantar lo que mejor se adapte a cada
organización. Lo considero más necesario que nunca.
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