Invertir en ciencia


¿Qué es dar, o pedir, dinero para ciencia? o ¿Qué es invertir en ciencia?

Parece que solo podemos hablar en términos de más dinero o menos dinero. Más dinero será bueno y menos dinero será malo. Todo lo demás es contraintuitivo.

Pero ¿qué se hace con ese dinero? ¿Como se reparte? ¿Cuánto se destina a generar conocimiento o ciencia básica y cuanto de desarrollar aplicaciones? ¿cuánto de ese dinero se destina a que los científicos hagan ciencia, dedicándole el tiempo necesario, con los equipamientos técnicos necesarios para obtener resultados valorizables en los plazos previstos?

Estaremos de acuerdo en que no se debe destinar dinero a la ciencia solo para mantener el trabajo del colectivo de investigadores, personal de apoyo y gestores. Tampoco como elemento de marketing político. ¿Compartimos que la inversión en ciencia será más eficiente cuanto más se dedique a poner el juego el conocimiento científico de los investigadores? ¿Qué fracción de la inversión en ciencia se utiliza para conjugar el verbo HACER?

Tengo el presentimiento de que las hojas Excel  de un gran número de empleados del mundo de la investigación científica están ocupadas por euros (los que tengo, los que necesito, los que pierdo, a los que puedo optar, etc.). ¿Qué porcentaje de la actividad del personal investigador se dedica a actividades que no son ciencia? ¿Qué porcentaje de las plantillas de los agentes tecnológicos no se dedican a actividades de investigación?

¿Estamos seguros de que una vez redistribuida  la inversión en ciencia, llega a los científicos el dinero suficiente para generar conocimiento o desarrollar aplicaciones valorizables con la necesaria motivación, tiempo y oportunidad de aprender?
¿Cuántas de las personas que hablan de ciencia trabajan como científicos? ¿En dónde están los científicos?

Sin duda, la actividad científica debe de ser esencial en una sociedad que aspire a formar parte del mundo desarrollado. A mayor valoración de la actividad científico-tecnológica, el progreso económico será mayor. España no valora esta actividad como lo hacen otros países de su entorno. Pero, además de recursos económicos hay que ofrecer y exigir eficiencia y resultados.

Presiento que una fracción demasiado elevada de los pocos recursos económicos destinados a ciencia y tecnología, por razones diversas, no conjugan el verbo HACER.

¿A qué esperamos para recomponernos?


¿Nos creemos eso de la nueva normalidad?

¿Creemos que la pandemia y sus consecuencias pueden haber provocado cambios permanentes en la economía, en algunos hábitos sociales y de consumo o en el contexto laboral?
¿...y?

¿Tendremos que aguardar varios meses más hasta estar seguros de si estos cambios se consolidan?
¿Esperaremos a que alguien nos diga lo que tenemos que hacer a partir de ahora mientras actualizamos nuestro último análisis de impacto para determinar cuánto nos va a afectar?
¿Los agentes tecnológicos españoles conocemos nuestro contexto industrial? o nos lo tiene que explicar el Boston Consulting Group o Deloitte?

En situaciones como la presente, las predicciones se utilizan para promover cambios interesados, es decir, los que explicamos cómo será la nueva normalidad lo hacemos a partir de cómo queremos que sea, rediseñando así el futuro.

¿Queremos participar en el rediseño de nuestro modelo socioeconómico o preferimos esperar a que lo hagan otros que incorporen sus prioridades y principios ideológicos?
¿Nos resignamos a padecer todas las consecuencias negativas de esta crisis sin intentar aprovechar ninguna de sus oportunidades?

Percibo demasiada poca valentía, responsabilidad y determinación en los agentes sociales de nuestro país, depositarios y generadores de conocimiento. Está bien analizar la historia, pero aprovechémoslo para aprender lecciones que nos permitan mejorar nuestra sociedad y anticiparnos a futuros contextos complejos.

¿Cómo imaginamos reimpulsar la economía o reducir el desempleo?
¿En qué vamos a invertir para suplir la pérdida de actividad económica en algunos sectores que podrían no normalizarse o que se relocalizarán? ¿Para qué sectores, productos y servicios debe, por estratégicos, recuperarse la soberanía nacional?

Todas estas preguntas nos llevan a escenarios diferentes que ponen en juego nuevos aspectos industriales y tecnológicos que cuanto antes deberíamos empezar a movilizar. Oigo reflexionar poco sobre todo esto.


Oportunidades y actuales limitaciones de la Fabricación Aditiva de Plásticos y Composites


A la Fabricación Aditiva de Plásticos y Composites le queda camino para explorar y explotar todas sus posibilidades. Considero que esta familia de procesos y postprocesos harán disminuir las barreras económicas y aumentar las barreras tecnológicas, contribuyendo a democratizar los medios productivos, dando juego a los generadores de conocimiento y no solo a los que especulan con el conocimiento generado por otros. La Fabricación Aditiva va a contribuir a que se lancen nuevos productos y más sofisticados porque minimiza el riesgo económico asociado a la fabricación de utillajes. Igualmente, considero que la F.A. impactará positivamente en el driver ALIGERAMIENTO, todavía no suficientemente explotado por los sobrecostes asociados al uso de composites de altas prestaciones.

Webinar impartido por TECNALIA durante el periodo de confinamiento
https://www.spri.eus/es/tecnologia-comunicacion/momento-empresas-hagan-hueco-fabricacion-aditiva/