El panorama está claro. Las empresas
cierran o reducen producción, cae el empleo, se incrementan
los impuestos, se recortan las ayudas y la inversión pública. Con
todo ello, disminuye la creación de valor, se contrae el consumo y
el sector servicios y se recaudan menos impuestos en una espiral que
se retroalimenta convirtiéndose en un huracán que destruye todo a
su paso.
Ante esta situación ¿por qué nos
empeñamos en confundir la solución de los problemas con el objetivo
que pretenden cumplir?. ¿Por qué cuando nuestra empresa entra en
números rojos decidimos que hay que facturar más, obtener más
valor añadido, ser más eficientes o impulsar la actividad
comercial? ¿Por qué cuando el país está al borde de la bancarrota
insistimos en que hay que promover el emprendimiento, cambiar el
modelo productivo o mejorar la competitividad? Por qué los verbos
siguen conjugándose en reflexivo o en tercera persona?
A estas alturas todo esto son
obviedades. Ahora toca hablar, aportar ideas, desarrollar modelos y
metodologías, difundir propuestas, formar e informar, identificar
activos materiales e inmateriales sobre CÓMO:
- Contratamos más
- Generamos más valor añadido
- Mejoramos la eficiencia
- Impulsamos la actividad comercial
- Promovemos le emprendimiento
- Cambiamos el modelo productivo
- Aumentamos la competitividad
Es cierto que la Real Academia de la Lengua recoge que solución es el desenlace o término de un
proceso. Pero entonces ¿cómo denominamos al proceso para
conseguirlo?
Algunos de los CÓMOs deberían tener
en cuenta que:
- La implicación y participación de todos en la búsqueda e implantación de soluciones no debe ser una opción sino una obligación.
- Debemos plantear objetivos y acompañarlos del proceso para conseguirlos.
- Tenemos que conseguir que las élites no representen la principal resistencia al cambio.
- Debemos equivocarnos algunas veces para terminar acertando. Por ello, los modelos de gestión deben ser altamente flexibles y de baja inercia.
- La planificación, la estrategia, la supervisión y el control son actividades a minimizar o eliminar cuando se convierten en freno.
- La innovación, la motivación, la responsabilidad, el interés colectivo frente al individual y la identificación de las mejores capacidades de cada persona son objetivos a maximizar.
- La razón de ser o el sentido de la vida o/y del trabajo deben tener un claro reflejo en los procesos que abordamos cada díaEste es el punto de partida y no el resultado de una análisis para superar la crisis.
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