Por favor, basta de hablar de la importancia de la
Innovación y de su relación con el empleo de calidad. Basta de hablar de las
profesiones del futuro, de los algoritmos, del Big Bata (no confundir con el
Big Bang). Basta de hablar de la necesidad y falta de talento. Basta de gurús,
Agencias, Clústers, Plataformas, Think Tanks, catedráticos, Asociaciones, Centros
Tecnológicos, consultoras, Escuelas de Negocio, aceleradoras, incubadoras,
cocineros, políticos e ex-políticos (suponiendo que exista esta figura)) y todo
tipo de organismos dedicados a analizar y analizarnos comparativamente con
Escandinavia, Centro Europa o Corea del Sur. Basta de informes, gráficos y
PowerPoint con conclusiones de sentido común ya manidas de tanto repetirse.
Basta de confundirnos y confundir divulgación y sensibilización con publicidad,
con electoralismo o con promoción personal.
Dejemos que los que tenga buenas ideas las materialicen, se
equivoquen y aprendan. Facilitémosles el trabajo. Los innovadores deben de ser
los protagonistas. “Investigador” no puede ser sinónimo de fracasado
profesional que no ha llegado a un puesto de Dirección o gestión. Hoy por hoy,
los perfiles profesionales más reconocidos y mejor pagados en el ámbito de la I+D
es el de los que no hacen I+D. Por ello, tanta gente y empresas quieren y
hasta consiguen vivir de hablar de lo importante que es la I+D, detrayendo
parte de los pocos recursos que se destinan a la I+D.
Menos declaraciones diagnósticas y más laboratorios bien
equipados abiertos sin limitaciones horarias, sin papeleo, ni procedimientos
operativos, ni descripción de perfiles profesionales, roles y funciones. Sin
burocracia, ni gestores definiendo prioridades, ni estrategas dibujando Planes
quinquenales. Solo I+D+i con sus equipamientos e investigadores llevando a cabo
su trabajo.
Decenas de miles de personas tienen conocimientos,
capacidades y ganas de dar sentido y propósito a su vida profesional y personal
investigando para resolver problemas sociales o demandas empresariales. Pero no
les dejamos. Les aburrimos, les desmotivamos, les decepcionamos, incluso les
pagamos poco o nada. Pero nadie se ocupa de esto. La ocupación principal sigue
siendo “La importancia de la Innovación”
(*) Ruego disculpen este arrebato motivado por la
inquietante percepción del elevado desequilibrio entre lo que nos ocupa el
ámbito más estratégico y macro de la Innovación Tecnológica respecto al
análisis de los procesos internos específicos de esta actividad que determinan
su eficacia y eficiencia. Es decir, creo que utilizamos demasiado el telescopio
y muy poco el microscopio. No nos metemos en el barro. No bajamos a la sala de
máquinas, donde se cuece la I+D+i. Aplicando el símil de la Economía, nos
ocupamos demasiado de los indicadores macroeconómicos, pero parece que nos interesa
poco analizar su correspondencia con la economía de las familias.
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