Más y mejores ideas para innovar

Ha comenzado a cuestionarse con insistencia la eficacia del Brainstorming como técnica de generación de ideas. Existen varios estudios que demuestran que esta técnica no permite generar más y mejores ideas que el trabajo individualizado de cada uno de sus participantes. Esta polémica no es irrelevante ya que cuestiona la primera fase del proceso de generación del conocimiento en valor y el intento de fomentar la inteligencia colectiva desde los estadios más iniciales de esta actividad.

En este contexto se hace necesario desarrollar y ensayar nuevas herramientas y metodologías de generación de ideas, de transmisión, estructuración y discusión sobre ellas que nos haga sentir que este proceso se realiza con eficacia y eficiencia.

A continuación comparto un esquema adaptable a cada situación, pero con una base común, que incorpora elementos visuales y desplegables en varios niveles de profundización que se contraponen a la premisa de la hoja en blanco. En este caso, el objetivo era identificar, en el ámbito de los materiales composites, que líneas de innovación podían ser las más interesantes para una empresa en concreto.

La experiencia personal me hace percibir que la nomenclatura, jerga o terminología utilizada por dinamizadores  y participantes más activos de las sesiones de ideación  y el tiempo consumido hasta que comienzan a aflorar ideas novedosas o no obvias, son dos elementos que aporta demasiada ineficiencia. La experimentación con nuevas metodologías aditivas de representación y comunicación soportadas en lo visual, en la simplicidad y en la profundidad puede ser una vía de trabajo.

El mantra de “…lo importante son las personas…”

El contexto de economía globalizada, sobrecapacidad productiva en actividades manufactureras y de servicios o los intereses políticos que generan sectores protegidos, obligan a sofisticar enormemente los modelos de negocio y las actividades en las que se especializan. Buscar la diferenciación de la competencia o nichos de negocio no maduros se ha convertido en una carrera frenética por la supervivencia o la generación de oportunidades empresariales. Ser eficaz y eficiente en el desarrollo de una actividad son condiciones necesarias pero ya no suficientes para la sostenibilidad empresarial.

Cuando se analizan los activos disponibles para generar valor en estas condiciones tan exigentes, aparecen como un gran clavo ardiendo la creatividad, la innovación y todas las capacidades asociadas al conocimiento. Otros activos claramente eficaces solo están al alcance de unos pocos (capital, implantación global, economías de escala, recursos naturales, posiciones de dominio, capacidad de influencia en los mercados). Algunos tienen periodo de caducidad (patentes o productos / servicios novedosos). Por consiguiente, para la gran mayoría, crear valor implicará saber generar y transformar buenas ideas en negocio y estar permanentemente haciéndolo para mantener la distancia con tu competidor.

Cómo implantar esa cultura innovadora, desarrollar los procesos que transforman el conocimiento en valor en organizaciones altamente flexibles para adaptarse a las previsibles pero aceleradas tendencias sociales y tecnológicas, es el gran y casi único reto. Estos son ahora los elementos para los que hay que desarrollar modelos, herramientas y metodologías que incidan en su eficacia y eficiencia.

En este nuevo ámbito de competitividad, el factor humano juega un papel más decisivo que los factores tecnológicos. Yo considero, y esta es mi tesis, que la innovación organizacional es el elemento esencial que nos puede llevar a la innovación tecnológica o en modelos de negocio.

El equipamiento productivo de buenas ideas es esencialmente la persona. El combustible para que este equipamiento funcione a su máxima potencia tiene mucho que ver con elementos de motivación y culturales. El proceso que transforma buenas ideas en negocio también se basa esencialmente en personas que coordinan personas internas y externas. A partir de este punto, el proceso productivo convencional responde a requisitos, factores y tendencias por todos conocidas.