Jugar a ser director en tu empresa

Recientemente, en una reunión informativa sobre la situación de una empresa y de un Departamento en particular , al comentario de un empleado, he escuchado la siguiente demoledora  respuesta del gerente o "líder" de dicho departamento:

"No juguemos a ser directores generales. Para eso hay otros"

Quizás es la versión actualizada de esa otra frase más marcial que se aplicaba en las organizaciones muy jerarquizadas: "Tú no estás aquí para pensar".

En ocasiones, ojala fuera en muchas ocasiones, los empleados, independientemente de su posición en la estructura organizativa, quieren y pueden aportar visión e ideas sobre el negocio del que forman parte. Incomprensiblemente, estas aportaciones, que pueden estar bastante alejadas de las actividades concretas de un determinado puesto, no suelen ser bien recibidas. Se perciben como una intromisión en las responsabilidades de más altura, solo al alcance de un determinado colectivo posicionado más arriba en el organigrama.

Las conductas tóxicas siempre generan consecuencias negativas para las organizaciones. Los elementos de motivación e implicación de los empleados y el fomento de la inteligencia colectiva deberían ser considerados activos esenciales a cuidar y fortalecer. No hacerlo o hacer lo contrario nos lleva a organizaciones que solo gestionarán elementos de supervivencia.

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