Ideas para superar la crisis (I - Punto de partida)

La actual y especial situación económica de España me lleva a desviarme una temporada del análisis de la competitividad en las organizaciones y trasladar este concepto al ámbito de "país". No obstante, en varias ocasiones ya hemos hecho referencia a que las virtudes y defectos clásicos en la gestión de las organizaciones se repiten, reproducen y amplifican, con consecuencias casi idénticas, en el contexto sociopolítico.

La diferencia respecto a como abordan sus gestores una situación de crisis en un país y en una organización empresarial tiene que ver con tres factores principales:

1. La prioridad e interferencia absoluta de la contienda política respecto a cualquier otro factor

2. La baja capacidad de gestión de "lo publico" en los puestos políticos (debido al punto anterior)

3. La incierta e indirecta relación entre mejora (socio-económica) conseguida y beneficio reportado al político o formación política responsable. Los plazos para la mejora o recuperación económica, medioambiental, cultural, etc. son totalmente ajenos a los 4 años del ciclo electoral.

Por todo ello, de la jerga y argumentación política es difícil percibir que los políticos lleven a cabo un análisis de situación riguroso, identifiquen, valoren y prioricen una medidas de acción compatibles con los activos de los que dispone el país, definan un plan de acción para implantarlas, valoren los resultados y corrijan, afinen o modifiquen el plan previsto.

Si los políticos no generan credibilidad y confianza al tiempo que ejercen sin transparencia y sin dar y promover la participación ciudadana, un porcentaje demasiado grande del país se instalará en cualquiera de las sicopatías, el rechazo a todo, la pereza y la picaresca. Y esto se convierte en un hándicap adicional.

Sin método, herramientas y complicidad ciudadana en la forma de encarar los problemas, es muy probable que sigamos siendo movidos por la marea, sin motor ni timón, a merced de los vientos que soplen. De este modo, en ocasiones también es posible salvarse (pregúntenselo a Robinson Crusoe).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Haga su comentario