Diversificación tecnológica


En el actual contexto socio económico muchas empresas buscan un camino que les garantice, a medio plazo, la factibilidad económica de sus negocios. La reciente crisis en la que todavía estamos inmersos y la pérdida de competitividad respecto a otras economías (asiáticas, países del este, India, Brasil, etc.) nos han llevado a una situación crítica en un plazo menor al esperado.

La referencia permanente a la I+D, la Innovación tecnológica, la internacionalización, la deslocalización, la diversificación, etc. como fuentes de creación de valor se ha convertido en un "mantra" válido para casi todo pero aplicado con éxito por muy pocos.

Se es poco realista cuando se apela a la necesidad de hacer I+D y cuanta más mejor, a innovar en productos, a diversificar en sectores emergentes como únicas o principales alternativas para mejorar la competitividad de nuestro tejido productivo.

Al mismo tiempo que se promueve la Innovación como fuente de creación de valor, desde el marco institucional se interviene actuando sobre factores externos (fiscalidad, precio de la energía, condiciones laborales y salariales, incentivación de fuentes de energía diversas, etc.). Esta intervención se convierte en una de las principales barreras a la innovación. ¿Por qué innovar si las administraciones pueden ayudarnos con factores externos? Este es el contexto que lleva a una cultura empresarial no muy predispuesta a confiar en la innovación y a pensar en el corto plazo, a no hacer que todos los expertos dicen que hay que hacer para mejorar la competitividad (Innovar permanentemente).

Que los sectores emergentes (tercera edad, salud, energías renovables, vehículo eléctrico, aeronáutica, etc.) marcan la dirección hacia la que hay que mirar cuando se decide diversificar, es una verdad de sentido común pero no demostrada. También hay que tener en cuenta el carácter competitivo, protegido o intervenido de esos sectores o productos. Cuanto más competitivo sea un mercado, producto o servicio y menos ligado esté a decisiones políticas, en menos riesgos incurriremos.

Quizás hasta ahora han sido injustamente desatendidos (tanto por empresas como por Agentes Tecnológicos y Administraciones) otros elementos de generación de valor como la:

- Innovación organizacional
- Mejora incremental continua (cuestionamiento permanente a cómo hacemos las cosas)
- Diversificación en tecnologías transversales

Un proceso de diversificación trata de aprovechar al máximo los activos disponibles y construir alrededor de ellos un nuevo modelo de negocio. La diversificación tecnológica transversal puede ayudar a conseguirlo. El cambio de paradigma implica no centrarse en un nuevo producto o mercado sino especializarse en una tecnología o requerimiento técnico concreto.

La resistencia térmica, el plazo, los requerimientos de tamaño (grande o pequeño), las tolerancias dimensionales, la resistencia mecánica, la ligereza, una determinada familia de materiales, homologaciones y certificaciones, etc. pueden ser, por sí solas, una línea de especialización tecnológica transversal, sin necesidad de apostar por un nuevo producto o sector.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Haga su comentario